Thereisnobodyoutthere
Supongo que esta experiencia, en el amplio mundo de los acontecimientos humanos, es mucho más frecuente de lo que ha sido en mi vida, pero incluso me cuesta algo de trabajo aceptar que soy censurado en mi casa. No es, por supuesto, que "mi casa" designara de por sí un lugar sacro para la expresión de los pensamientos, pero, tomando en cuenta que tengo pocos interlocutores, la censura y privación del habla en mi casa me lleva al silencio, o casi al silencio. Supongo también que me queda nada más alegrarme por este nexo de empatía con los acontecimientos que son moneda corriente en miles de vidas. Me les uno amig@s mud@s.
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