Europa
Ojalá se pudiera sintetizar en un matraz, al fuego de Bunchen, las sucesiones de experiencias humanas. Hacer un dildo de la primaria, o un radio transistor de mi relación contigo, o una silla de la juventud. Nuestra imaginación se hace cositas que conjugan 5 meses en una sensación, una película que recubre todos los recuerdos y que viene y se va con una melodía o un recorte de papel. Estoy a días de regresar a Europa, a vacacionar, y la palabra baila en mi cabeza con un millón de imágenes que me gustaría poder meterme en la bolsa de la camisa y llevar siempre conmigo, produciéndome una sonrisa.
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