Pero ve bien pues

Estoy de acuerdo con Bouveresse y su rescate/aplicación de la crítica de Wittgenstein al principio de placer y la visión del sueño como la expresión de un deseo reprimido: Una gramática dada puede describir cualquier fenómeno, siempre y cuando tenga una multiplicidad adecuada, sin que esto implique "ningún descubrimiento" -puedo hablar de los planetas como pelotas, utilizando los verbos rebotar, pegar, correr, etc., [su gramática], sin que por ello descubra algo sobre su comportamiento real: que efectivamente son elásticos, por ejemplo. Esto se aplica para cualquier gramática, sin importar qué tan aproximativa sea. (Efectivamente, puede que la mayoría de las descripciones hechas con la gramática de las pelotas que se ajusten a la observación planetaria sean incluso correctas -una pelota con esa masa quizás se comporte de la misma manera que un planeta- pero sólo hay una forma de saber si efectivamente son pelotas.) Si la gramática no puede producir hipótesis contrastables (verificables-falsables deducidas de los postulados originales de la gramática) no nos sirve de nada: es sólo una forma de describir: una visión de los fenómenos. (Sin duda: para saber si la gramática de las pelotas es la gramática de los planetas habría que esperar cierto rebote en las colisiones -y aunque masas tan grandes tienen un grado de elasticidad, efectivamente no rebotan.) Ver a los sueños como deseos reprimidos no nos dice nada de los sueños incluso si la gramática propuesta es lo suficientemente elástica como para describir todos los aspectos de los sueños. Para saber que un sueño es efectivamente un deseo reprimido, debe poder formularse un escenario (la colisión de los planetas) donde podría no serlo. El escenario del sueño de la angustia es uno de estos casos, pero Freud no acepta el resultado. Prefiere agregar más material a su gramática que aceptar que hay sueños que no expresan un deseo reprimido. (Por supuesto es difícil saber de antemano cuándo una gramática es suficiente, la tentación habitual es suponer que los hechos determinarán esto, pero Freud precisamente cae en la tentación de acrecentarla hasta que ya no hay hechos capaz de refutarla y, por lo mismo, de confirmarla.) Pero simplex sigilum veri en un sentido mucho más meta-teórico que experimental: preferiremos una gramática más simple a una más compleja aunque ambas sean igual de efectivas.
En lo que no estoy de acuerdo es que el mecanismo de la represión sea una forma de ver las cosas: una gramática (y sólo eso) del comportamiento humano. Bouveresse, apoyándose en Wittgenstein, vuelve al caso de la confirmación en el tercer capítulo de su libro Filosofía, mitología y pseudociencia. La discusión se centra de nuevo en qué constituye una confirmación del análisis (una prueba sobre la verdad de una hipótesis psiconalítica.) Aquí, creo que habría que out-Wittgenstein Wittgenstein, pues, si efectivamente Bouveresse tiene razón al reconstruir las objeciones contra, por ejemplo, el método histórico, Wittgenstein consideraba los pensamientos como entidades prácticamente cartesianas en el caso de su análisis de la teoría freudiana. ¿Recuerdan la discusión del Cuaderno Azul sobre la localización del pensamiento? Cuando se cuestiona qué evidencia tenemos para saber que un insight es real obviamos el hecho que un pensamiento no se da como un evento privado. La aparición del fantasma en el niño es un evento cargado de consecuencias y que requiere una cantidad de condiciones para darse. Así pues, si el fantasma es en realidad inducido por el analista, esto también se verá reflejado en lo que suceda con el paciente, pues efectivamente, no se trata aquí de proyectar con el cinematoscopio mental sino de estar en una situación vital en la que todo nuestro cuerpo está involucrado. ¿No acaso las histéricas del Studien über Hysterie dejaron sus posiciones catatónicas mediante las "sugerencias" de Freud? ¿Por qué otras sugerencias no servían?

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