Después
La verdadera tragedia no es desistir o rendirse, la tragedia, lo que nos convierte en personajes trágicos, es que después de la derrota uno debe seguir, que la única elección (detenerse) no es viable. Así, cuando incólumes nuestras creencias nos llevan a la derrota y se acaba el cuento, uno, en la página imaginaria que no aparece, debe continuar dejándolas atrás, incólumes, pero sin el sustento que eramos nosotros, y nosotros, solos, sin ellas que nos definían.
Coño, pero sí esto no es positivo: Es todavía peor tener que continuar sin ellas. Eramos ellas.¡Eramos ellas!
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