No somos nada

Mi sobrina tuvo esta noche lo que sin mucho cuidado caractericé de un ataque de existencia. Después de comer y dormir, se despertó llorando sin una aparente razón. Los elementos de la escena -sobre todo la luz: una lámpara baja de poca intensidad, y la actitud seudo amenazante de su padres (shu, shu, calla ¡por favor!)- me aventaron esa hipótesis, además respaldaba por la fácil observación que siendo tan pequeña, menos de un mes, muy bien puede encontrar desagradable cualquier estímulo. Su paraíso utérico la mantenía en un suspenso sensorial no total mas constante. Después me puse a pensar las cosas que debo hacer esta semana y la sinécdoque me tomó por sorpresa. La mínima parte de mi vida avecinándose en forma de lunes, martes, miércoles... fue más que suficiente para darle cuerpo a mi intento de explicación: ¿cómo no asustarse porque de un momento a otro, tu cerebelo te condena, mediante un circuito eléctrico, a respirar un millón de veces durante los siguientes 50 años? Las sensaciones de mi sobrina no están mediadas por alguna elaboración perceptual o conceptual: me atrevería a decir que no llora por estar molesta, llora porque todos sus cables están conectados para concluir en llanto. ¿Qué me separa de ella? ¿No me mantiene vivo el hecho, fisiológicamente idéntico en ambos, de un grupo perdido de neuronas poniendo sus bombas de potasio a funcionar para estar listas a disparar cuando el ciclo que controla el latido de mi corazón repita su pista de millonésimas de metro? ¿No estoy sostenido también en la realidad por algo tan patético como el adenosín trifosfato? Ella no tiene la memoria ni la capacidad de proyectarse imaginariamente en el futuro, y menos la conciencia de ambos procesos, para pensar que su existencia es más que la continuidad de fenómenos químicos magníficamente complicados, pero ¿tengo yo aquellas como para decirme distinto? Tengo la memoria de un ave, los planes de una araña y moriré como una flor.

Comentarios

Dios santo.
Eres demaciado bueno para ser verdad. ¿Eres real? ¿Un robot del siglo XXX? Mi admiración para ud.
M*
Nafrán dijo…
Tan real como se me permite. Ya habías estado aquí, ¿no? Recuerdo esa firma M*. Pero bueno, no es para tanto jajaja, ¿qué es una cartonera?
Te visito cada que escribes (Chan chan chan chan una grupie!!) pues es hacer libros con cartón, el proyecto surgió en Argentina cuando se volvieron pobres y se dieron cuenta que las editoriales eran una mierda disfrazada. El proyecto ha crecido por toda latinoámerica. Te nos unes? me pasas tu mail? De dónde eres? Inaguras la colección de Ensayo? Visita los blogs que tenemos en la sección Hermanos cartoneros para q veas lo que hace la banda. Te firmaba del otro blog la bota y la falda :) Saludos, pensé que no eras real. Me gusta mucho leerte. Eres la voz de muchos. Bueno no.
M*
Nafrán dijo…
Jajaja osea que tu has hecho las 950 visitas a mi perfil! Me interesa este asunto de que ha crecido por toda latinoamérica. Eso me animaría a unirme a uds. Soy de Puebla, México. Ensayo? No sé, no me gusta el ensayo aunque igual ahora ando encontrándole el gusto al relato ensayado o el ensayo con protagonistas. Mira mándame detalles a nafrandammerung@gmail.com, que es el mail de este blog.
Y pues, yo casi todo el tiempo pienso que no soy real jajaja

Entradas populares