Otra curiosidad

Y a veces no me relaciono con mis pensamientos y lo malo, que no es en el sentido de ideas, sino de actos. Lo digo porque después de una semana (un despertar à la Leonard Lowe) de lo que no puede calificarse de otra manera que no sea de una semana de vida (amigos, trabajo, estudio, conversaciones y conciertos) mi mente se echa andar por los mismos caminos que recorrió el pasado martes, o el pasado jueves, o el pasado... y no encuentra aquel nervio que le hacía sentir algo por esos pensamientos. Quiero decir, pienso y casi pienso lo mismo, pero de a poco los resultados van teniendo menor importancia y, por ello, quizás, el proceso pierde sentido. Está ahí, pero inane. Y lo curioso es que el despertar (que comenzó el martes pasado) a su vez era un estado en el que los pensamientos previos, los procesos que me llevaban a esos pensamientos, no tenían sentido. ¿Cómo (ni siquiera por qué) se puede uno torturar con problemas como la soledad, la propia estupidez o el olvido? Me da miedo saber que quizás, en los próximos días, encuentre de nuevo el modo para torturarme así, pero ese miedo, por supuesto ya es señal de que las ideas que tuve esta semana están ya muertas e incapaces de relacionarse conmigo.


Comentarios

Anónimo dijo…
Puro pedo contigo
Anónimo dijo…
Atte. el sindicado de cabrones hartos de creerse incapaces. Arriba, Luz, y, Fuerza.

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