El arte es un humanismo

Últimamente me da bastante asco la concepción del arte (y la filosofía) como cosas inútiles. Pongo mi postura por delante: primero que nada, no creo que el arte sea inútil: el arte que vale la pena nos inspira a cambiar el mundo. El arte inútil era el arte de los ociosos (en el sentido aristotélico), es decir, el de los aristócratas, y ellos, por supuesto, tenían muchas razones para desear que el arte fuera apacible/apaciguante y sin repercusión alguna. Ellos deseaban una estética llena de comedias y suaves sonatas. Pero nuestro arte ha de ser una advertencia, un ataque a nuestra comodidad, una forma de presentarnos la realidad en la crudeza que las otras actividades humanas nos ocultan. [Nadie se conmueve con las noticias, pues están procesadas, como latas de frijoles, para producir morbo, no compasión. La ciencia, en su magnífica utilidad, es sólo una herramienta y conocer las causas por las cuales la malaria es terrible, no nos hace mover un dedo para destruirla. La religión es un método de conformismo y sumisión más efectivo todavía que el arte inútil. La política, dios, ¿qué rayos es la política?, ¿por qué no nos sirve de nada a nosotros, latinoamericanos?] El artista (y el intelectual) no están para entretener: para proveer de divertimento a los ociosos: está para decirles (¿decirles? Bien que sabes que el comportamiento económico capitalista es racional, de ahí que el arte ha de persuadir de otra manera) a los mecenas que el talento no ha de ser la causa de su generosidad. La razón debería ser simplemente su humanidad.

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