51%

Claro, el porcentaje de mujeres en cualquier tipo de profesión o empleo es mucho menor al porcentaje de mujeres que hay en la población, pero eso no es signo de machismo. No se diga en las posiciones económicas que ostentan la mayor cantidad de poder, ese porcentaje no es ni siquiera aproximado al de las mujeres asalariadas. Ni siquiera se diga nada del trabajo doméstico, yo creía que la esclavitud tenía años abolida. Y ¿en el gobierno? Por supuesto que el porcentaje de mujeres en posiciones de poder político no es igual al 51 por ciento, que es lo que se puede esperar en poblaciones compuestas por el 51 por ciento de mujeres. Festejamos (porque en nuestra sociedad es un logro) que por primera vez en 200 años de historia legislativa norteamericana, al fin haya una mujer como representante de la casa de legisladores. En Estados Unidos, corona de la sociedad civil. Nancy Pelosi, por suerte, no está sola, Hillary Clinton es la primera mujer en la historia norteamericana en postularse para la presidencia, y claro, eso es un signo de mejora, pero ¿no tendríamos que esperar que la mitad de los candidatos fuera mujeres? Las sociedades no gubernamentales, por desgracia, tampoco son la excepción. Por primera vez en la historia de la máxima casa de estudios norteamericana, y de las máximas en el mundo, la universidad de Harvard, que cumplió 350 años de existencia en 1986, hay una mujer rectora. Y lo bueno es que va con la moda, porque la tercera parte de las universidades que pertenecen a la llamada “Ivy League” están actualmente conducidas por mujeres, lo que es de hacerse notar, claro está, porque en vez de que desde siempre hubiera sido casi la mitad dirigida por mujeres que por hombres, no, por primera vez un tercio de ellas está administrado por mujeres. ¿Se imaginan una rectora en la UNAM? No sé quién es más soñador, el que cree que eso es posible en México, o el que leyendo a una sola persona que minimiza el impacto del machismo, cree que éste no existe. Y claro, está la duda escéptica, ¿no nos dicen esas estadísticas que las mujeres simplemente no sirven para esos puestos? Si tomamos en cuenta que solo es hasta bien entrado el siglo XX que las mujeres pudieron tener acceso a la educación superior, y que es una moda de finales del siglo XIX que tuvieran acceso a la educación básica, sí, podríamos decir eso, si estuviéramos tan ciegos como para creer que un masivo social tan importante como el de las mujeres se tarda 50 años en aprender a manejar empresas y gobiernos.

Creo que esos aspectos son los que en realidad le importan al feminismo, cambiar la situación dentro de los estados para hacer las condiciones realmente igualitarias para ambos géneros. Por supuesto, si alguien se pone a revisar por qué sucede eso en los gobiernos, uno rápidamente se da cuenta que hay toda una ideología que sostiene esos comportamientos discriminatorios. ¿O qué, no notaste que en Casino Royal, la única razón para suicidarse que tiene la protagonista es que traiciona a James Bond? ¿Que en Legends of the Fall, la protagonista se suicida después de que no puede recuperar el amor de Brad Pitt? Y claro, es una excelente herramienta dramática el que alguien muera por amor, pero desde Werther, ningún hombre se ha matado por ello. Tampoco tengo que recordar todos los papeles dramáticos donde las mujeres no pueden defenderse, son ineptas, poco inteligentes o simplemente deben aceptar las imposiciones machistas. No puedo creer que a la hora de la comida Sergio Bazañes en su papelucho de tres pesos se la pase gritándole a Silvia Navarro que es suya y de nadie más mientras la otra cándidamente le pide por favor, de la manera más atenta, escuche sus peticiones de que la deje en paz. Y bueno, esos son casos particulares, pero está bien claro que las historias protagonizadas por mujeres son infinitamente menos (en cantidad, y muchas veces en calidad) que las protagonizadas por hombres. Y que en la mayoría de las historias, ya sean grandes novelas u presentaciones de quinta, las mujeres son meros objetos del deseo masculino. Una de las grandes novelas de nuestro siglo tiene a la maga como protagonista, y la maga será encantadora, pero es una caricatura de las mujeres. No solo las artes dramáticas están llenas de clichés y concepciones machistas sobre la feminidad, también la pintura, la escultura, la fotografía (y ni se diga de sus versiones bastardas como la fotografía de moda y la pornografía, hogares cálidos de la cosificación) y no olvidemos a la música. Pareciera que todas las canciones tratan de mujeres que sufren y se desviven por el desamor. Seamos realistas, si no funciona con este hombre, funcionará con otro. Y, ay dios, qué despiadadas son las mujeres actuales, pero ¿no es lo mínimo que se puede esperar? ¿Que nuestros deseos dictaminen nuestras acciones? Pero tampoco te creas, la basta mayoría de mujeres actuales no son así de malévolas, y sabes ¿por qué? Porque no tiene derecho a elegir a sus parejas. Son vendidas, comercializadas, esclavizadas bajo la fachada del matrimonio. La violencia sexual contra mujeres forma el basto porcentaje de violencia en general, porque tienes razón, el machismo es un bodrio inoperante, pero hasta en países de primer mundo mueren mujeres golpeadas por sus esposos. Una repetición tan exhaustiva sobre los bienes del matrimonio, incluso en nuestros días, nos convence de que es lo que debemos hacer, pero qué irónico, siempre les han dicho a las novias que deben joderse, que el matrimonio no es miel sobre hojuelas y aún así las mujeres se casan, ¿será porque no tienen otra opción? No creo, ¿verdad?

Supongo que no has notado tampoco que la basta mayoría de accesorios culturales que hacen más aparente el dimorfismo sexual que hay en los seres humanos son para las mujeres, y que la mayoría de estos no solo son una imposición sino que además son incómodos de usar. A nadie le gusta usar tacones altos, no son cómodos, ni echarse polvos irritantes en la cara, ponerse químicos tóxicos en los ojos, creo que no tengo aclarar porqué no son cómodos de usar esos. También en nuestra época magnífica de liberación sexual y armonía genérica se les obliga a las mujeres a cumplir con estándares de apariencia física, y me preguntarás, ¿cómo? ¿cuándo? Dirás: yo no. Lo hacemos a todas horas, todos los días, aceptando como bellas solo a las mujeres que cumplen con tales estándares. Lo peor es que ese concepto de belleza se nos ha inculcado mediante condicionamiento, no es que realmente una mujer que pese 45 k. sea hermosa, es que es lo único que vemos en los medios de comunicación. Si me preguntas por qué hemos decidido que tal imagen es bella, yo con tristeza te contestaría que es porque somete a las mujeres a pasar dolor físico y emocional. Que desgraciados somos los hombres, pero eso es lo que se espera después de haber nacido, crecido y vivido en una sociedad que tiene por costumbre controlar y hacer padecer a nuestras congéneres.

Hay miles de aspectos misóginos en nuestra sociedad y tú has de conocer el cliché que dice que en nuestro lenguaje también existen estos aspectos. Es increíble que palabras asociadas con la feminidad se puedan usar como insultos, pero vaya eso es un cliché, como la mayoría de clamas feministas, y no nos gusta hablar con clichés, ¿verdad? Despreciemos una teoría social porque está fuera de moda, despreciémosla porque preferimos nuestros clichés machistas. Por cierto que hablar de que el feminismo usa la victimización supone que la utilidad de la estrategia recaerá en que los victimarios se apiaden de las mujeres y las dejen ser, créeme, el feminismo no pretende que los hombres mejoren las condiciones de vida de las mujeres, no lo pretende y tampoco las mujeres (ni los hombres que no estamos ciegos) se van a sentar a esperar a que así sea. La verdadera desgracia es que esa teoría social que llamamos feminismo nos favorece a todos, el que las mujeres tengan las mismas posibilidades que los hombres y que no conceptuemos la feminidad mediante las teorías machistas nos traerá beneficio a todos en general, serán el doble de ideas, el doble de avances, el doble de esfuerzos, y el doble de humanidad.


Carta a un imbécil.

Comentarios

Tutuli dijo…
Hola Juan. Soy lupita, te conocì en el df, cuando abriste la puerta y dijiste ¡Hola!. Oyes pues que sùper tu texto, jajaja, si mi exnovio hubiera logrado entender todo eso. Y pues tienes razòn y està padre que no sientas al feminismo como una amenaza y pues como tù dices, que es algo que nos conviene a todos. Suerte y un saludo

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