"A lady in the street but a freak in the bed"
La fantasía machista no es, ni con mucho, el escape de la neurosis; el sujeto que pretende encontrar un alivio a las imposibilidades de satisfacción reales mediante la utilización de los clichés sexistas en escenarios imaginarios con frecuencia olvida su deseo de despreciar (ofender) tales clichés. El camino al supuesto desfogue que produce la fantasía se constituye como una tensión progresiva mediante el aspecto irreal del recurso, la búsqueda frustrada de descalificar y la propia elección por parte del sujeto de clichés que tanto le excitan como le producen repulsión y desdén. El momento crucial es cuando el sujeto debe preferir las fuerzas eróticas que lo condujeron a la fantasía para alcanzar el placer, a costa de la perdida de realidad y la aceptación de su gusto por lo que desprecia secretamente (y así además cumplir con el autocastigo: lo peor para una puta es coger conmigo) o la desilución de la fantasía y el enfrentamiento a los displaceres reales. Una tercera vía consiste en la del perverso, su estrategia transgresora lo lleva a aceptar a la fantasía como una verdadera suplantación, los clichés como comportamientos aceptables incluso a los ojos de todos y el desprecio de sí mismo, como un triunfo. --Para una teoría del meta-perverso.
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