Happiness is at the end of the rainbow
La cuestión sobre la naturalidad o contra-natura de la inclinación homosexual no tiene cabida en la discusión sobre la legitimidad de sus derechos y obligaciones. Así como a ninguno de los demás grupos sociales se les exige alguna condición particular (raza, género, edad, creencias o capacidades) para ser ciudadanos, sino tan solo el hecho de ser seres humanos, así tampoco cabe demandar la heterosexualidad como tarjeta de ingreso al matrimonio, trabajo, libertad de expresión, trato justo, etc. Si demandamos esto, nada puede desestimar el intento racista, machista o fundamentalista de excluir a ciertos miembros de la sociedad.
Por otro lado no hay argumentos concluyentes para describir el fenómeno homosexual como antinatural. La "naturaleza humana" no son sus genitales. El sexo fenotípico tampoco está tan claramente definido como para hacerlo un criterio de división tajante y excluyente (vaginas-penes), por otro lado el sexo cromosomal tampoco lo es. (Pregúntenle si no a los del COI.) Por último, y ante todo, la homosexualidad ha acompañado al ser humano desde siempre, que el discurso victoriano de corte médico la desestimara como una desviación sexual no corrige ni borra una historia por suerte reivindicada por la ciencia sexual de nuestro siglo.
Por otro lado no hay argumentos concluyentes para describir el fenómeno homosexual como antinatural. La "naturaleza humana" no son sus genitales. El sexo fenotípico tampoco está tan claramente definido como para hacerlo un criterio de división tajante y excluyente (vaginas-penes), por otro lado el sexo cromosomal tampoco lo es. (Pregúntenle si no a los del COI.) Por último, y ante todo, la homosexualidad ha acompañado al ser humano desde siempre, que el discurso victoriano de corte médico la desestimara como una desviación sexual no corrige ni borra una historia por suerte reivindicada por la ciencia sexual de nuestro siglo.
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