La ciudad de México y los poetas desesperados

“Los hombres más espirituales, suponiendo que sean los más valerosos, son también los que viven con mucho las tragedias más dolorosas: pero ellos honran la vida justo porque ésta les opone su hostilidad máxima.”
F. Nietszche.


El D.F. está cabrón. Entiendo, se trata de acostumbrarse. Tras varios días no sentirás ningún estado emocional debido al nombre de la petit Dite. Podrás relajarte por los restaurantes de la condesa, empequeñecerte o agradarte por las miradas en Santa Fe, emocionarte por la UNAM y sentirte esplendido por el jardín de rectoría. No obstante creo que con cierta sensibilidad percibirás siempre ese trasfondo sonoro (los aviones sobre todo), emocional (la agresividad, por ejemplo en los ejes viales), visual (todo es enorme); la ciudad que convierte a la tuya en algo by playschool. Agrégale a eso el pánico mediático por la inseguridad y la mala planeación urbanística, agrégale (jajajá como me pasó), las opiniones optimistas sobre tu estadía en la más desgraciada de las ciudades. Pero como no puedo postear cosas muy grandes paso sin puente al meollo: Me imagino a Ulises y Arturo (quizás más a García Madero) recorriendo la ciudad a pie, comiendo en las azoteas, en Tacubaya a la hora de cierre del metro. Pero también como ando falto de palabras te dejo citas para que las integres:

“Me fui porque ya no soportaba tanto desamor, como diría la ranchera. Si me quedaba en México me iba a colgar, sabía que me iba a morir.” R. Bolaño.

"En estado [la embriaguez artística] uno enriquece todas las cosas con su propia plenitud: lo que uno ve, lo que uno quiere, lo ve henchido, prieto, fuerte, sobrecargado de energía. El hombre de ese estado transforma las cosas hasta que ellas reflejan el poder de él, -hasta que son reflejos de la perfección de él. Este tener-que-transformar las cosas en algo perfecto es -arte." F. Nietszche.

Algo así como: hay que ser poetas para vivir en México.

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