Decisiones, convicciones y juicios
Es palpable que nuestra capacidad de disponernos a actuar de una manera determinada, de plantearnos un curso de acción, depende de nuestra capacidad para formular juicios. Me parece, no sé, que la forma más clara de verlo es haciendo juicios condicionales futuros: Si hago esto entonces sucederá aquello. Y debemos creer que el juicio es verdadero para tener ya la decisión: Haré esto.
¿Pero de dónde nos sacamos las convicciones? Creo que lo puso adecuadamente la princesa de las venganzas. El "siempre" y el "nunca" son primordiales al momento de proponernos un curso de acción perpetuo. Las dos cláusulas son operadores oracionales, modifican el contenido de una oración en su totalidad, por ejemplo: siempre que haga esto sucederá aquello. "Siempre" equivale a "en todo caso" y "Nunca" a "en ningún caso" o a "en todo caso no".
Y, como ya vimos en otro post del maravilloso Nafrán (jajajá), las cuantificaciones de esta clase son una forma floja de formular muchos juicios de una sola vez. Cuando digo : creeré en dios por los siglos de los siglos, o te amaré por siempre, o no importa qué pase tendré esta postura o jamás me equivoco o nunca haré eso, etc., pronuncio una oración de la forma sugerida. El punto es que esta conducta "floja" es una estrategia general muy comprensible pues pretende economizar esfuerzos, simplificar planes y ahorrarnos desagrados. El problema es que no es científicamente aceptable. No podemos reunir suficiente evidencia como para saber que en todos los casos tales actuaré de tal forma. -Así es Matilde, el problema es la evidencia.
Ninguna convicción puede sostenerse por sí misma pues formula, por así decirlo, otro juicio sobre el primer juicio: Esta frase "si hago esto, sucederá esto" la sostendré como verdadera siempre. No es evidencia para decidir otros casos el que pronuncie una oración para describir un miembro de la clase de esos casos. Ciertamente que si esas oraciones fuera ciertas no habría problema, pero no seguimos el curso habitual para verificar estas oraciones: experimentar todos los casos. Sino hacemos lo segundo, sostenemos una oración como verdadera sin importarnos qué.
¿Pero de dónde nos sacamos las convicciones? Creo que lo puso adecuadamente la princesa de las venganzas. El "siempre" y el "nunca" son primordiales al momento de proponernos un curso de acción perpetuo. Las dos cláusulas son operadores oracionales, modifican el contenido de una oración en su totalidad, por ejemplo: siempre que haga esto sucederá aquello. "Siempre" equivale a "en todo caso" y "Nunca" a "en ningún caso" o a "en todo caso no".
Y, como ya vimos en otro post del maravilloso Nafrán (jajajá), las cuantificaciones de esta clase son una forma floja de formular muchos juicios de una sola vez. Cuando digo : creeré en dios por los siglos de los siglos, o te amaré por siempre, o no importa qué pase tendré esta postura o jamás me equivoco o nunca haré eso, etc., pronuncio una oración de la forma sugerida. El punto es que esta conducta "floja" es una estrategia general muy comprensible pues pretende economizar esfuerzos, simplificar planes y ahorrarnos desagrados. El problema es que no es científicamente aceptable. No podemos reunir suficiente evidencia como para saber que en todos los casos tales actuaré de tal forma. -Así es Matilde, el problema es la evidencia.
Ninguna convicción puede sostenerse por sí misma pues formula, por así decirlo, otro juicio sobre el primer juicio: Esta frase "si hago esto, sucederá esto" la sostendré como verdadera siempre. No es evidencia para decidir otros casos el que pronuncie una oración para describir un miembro de la clase de esos casos. Ciertamente que si esas oraciones fuera ciertas no habría problema, pero no seguimos el curso habitual para verificar estas oraciones: experimentar todos los casos. Sino hacemos lo segundo, sostenemos una oración como verdadera sin importarnos qué.
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