Exhibit a)

...Al principio se mostró solicito con ella. Pero cuando falló una y otra vez, comenzó a sentir que los sonidos absurdos y el peculiar dolor que provocaban sus intentos fallidos se burlaban de él. La frustración y la rabia le privaron de todo sentimiento, y su ego se agigantó. Al cabo de un rato había olvidado por completo a Himiko, y cuando por fin lo consiguió sólo se concentró en sí mismo, excitado. Algunos pensamientos fragmentados (odio los pechos blandos y los genitales groseros, deseo un orgasmo sólo para mí, no quiero que los ojos de la mujer se fijen en mi cara) atravesaron su mente como metralla: era el preludio al placer. Preocuparse por el orgasmo de la mujer y no por dejarla embarazada, era como agitar en el aire el culo desnudo mientra te pones la soga al cuello. Bird lanzó un grito de guerra desde el fondo de su cabeza en llamas: ¡estoy humillando a una mujer de la forma más ignominiosa! Soy capaz de lo más bajo y ruin, soy la vergüenza misma, la masa de carne caliente que mi pene horada en este momento soy yo mismo en realidad, bramó, y llegó a un orgasmo tan fantástico que su cabeza comenzó a flotar.


Kenzaburo Oé, Una cuestión personal, 1964. Sólo hay que cambiar la palabra "placer" por la palabra "goce".

Comentarios

Entradas populares