Producente y contraproducente

Las normas soportaron las teorías filosóficas sobre la moralidad desde que hay religión cristiana. El paradigma de los mandamientos era demasiado atractivo, pero ahora sabemos que el "right and wrong" depende principalmente de una institución que postule un proyecto. Las normas se elaboran en función del proyecto; la institución nombra individuos para sancionar las normas y las normas regulan, por lo general, comportamientos.
La institución puede exigir comportamientos sujetos a sus normas porque proveen de un calendario, e.d., un método para prevenir nuestros actos. Las acciones que nos pide la institución son cronográmicas. Las formas básicas de valores son "producente" y "contraproducente". Si nuestra actividad contraviene el cronograma es una acción mala o incorrecta porque no produce un trabajo que nos acerque más a la meta del proyecto.
Como la Ciencia es una institución podemos pensarla como fuente de alguna moral. Pero la diferencia es que la meta del proyecto es la verdad: no puedo programar los descubrimientos.
Como el aprendizaje de nuestro comportamiento social se muestra normativo creemos que el comportamiento social tiene que ser moral. Pero no tenemos ningún calendario para los fenómenos sociales, no son actividades cronográmicas; de igual manera los fenómenos psicológicos (relaciones interpersonales) son imposibles de planear. No hay moral del comportamiento social, tal comportamiento es una cuestión de experiencia. Nietzsche (o el Nietzsche del Origen de la Tragedia) revela otra característica faltante en la "moral social": no hay sentido en la vida. No hay ningún proyecto.
La sociedad, como conjunto de instituciones, nos impone morales pero es un sinsentido preguntarse por la moral general de la sociedad, la moral se define respecto a un proyecto. Y es claro que puede haber proyectos mutuamente excluyentes. Hay pseudo instituciones que pretendemos usar como reguladoras de comportamientos. La nación, el noviazgo, el matrimonio o la amistad son de este tipo. Nuestro impulso a institucionalizarlas se debe a que necesitamos (por costumbre) cierta capacidad de predicción.
La nación no puede exigirnos un comportamiento nacionalmente correcto porque está constituida de otras instituiciones. Las normas de comportamiento en el noviazgo o la amistad no pueden justificarse porque pretenden ver una regularidad donde no la hay. Si alguien quisiera poner como meta de tales formas de comportamiento el tener "la mejor amistad posible" estaría dando por sentado que todas las personas se comportan de la misma manera. Primero tendría que formar una institución genuina.
La religión es una forma falsa de postular un proyecto y convertirse a sí misma en una institución moral. Pretende normar los comportamientos ya antes nombrados; su proyecto es insostenible por las mismas razones.
Es básico notar que la instituición, como el proyecto, no son otra cosa que acuerdos; podemos convenir en hacer una super institución moral...Sólo hace falta que queramos un estado fascista.

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