El eterno retorno de lo idéntico

Friedrich Nietzsche elaboró una hipótesis imaginaria para estimular la comprensión del sentido moral de las acciones. En el Así habló Zaratustra la idea se presenta como una víbora que atraganta al profeta. Borges, junto con otros intérpretes, buscó aclarar la apelación tomándola como una hipótesis científico-natural. La última y rebuscada versión de este tipo de exégesis se presenta en la película K-pax. Kevin Spacey sabe, porque es un extraterrestre muy zen, que el universo se expande y contrae en ciclos de repetición donde todo es idéntico al universo primigenio. Por ello, y por sí las dudas, "we have to get things right this time."

Zaratustra siente que hablar la verdad del eterno retorno lo compromete con los últimos hombres en un modo especial. Las acciones de aquellos darán a luz al super-hombre. Aquellos han de cargar con el gran peso de esa verdad, y muy singularmente, pues son camellos listos para resistirla.

La imagen, que decora la voz en off de Spacey, presenta al personaje principal reconciliándose con su hijo. Dejemos a parte la cita "mejor actua como si no fueras hijo de tus padres" que es muy discutible (y tengo mucha flojera de buscar para dar la referencia apropiadamente) y pensemos que tal combinación evoca una idea que no quería dar Nietzsche. No se trata de reconciliarse. Se trata de que cada acción se presente como una norma nueva pero universal. -Eso ya lo dijo Kant. Pero lo dijo al revés. La acción del útimo hombre, en su radical ser-original, crea valores nuevos. Eso es exigirle mucho a un guionista, supongo.